jueves, 13 de agosto de 2009

Sin Pudor, solo amor y deseo.


El ruido del motor era intenso y
Arrullaba en destierro el sudor de nuestros cuerpos,
Que tan solo se movían con la acción de los frenos
Que rompían la monotonía y quietud del momento.

Hacia frió, había ruido, era de noche y mis miradas,
Divagaban por el horizonte de luces.
Se repartían entre el colorido de la ciudad
Y sus senos que intentaba ver a través de su escote.

Empezó en un momento a saborear con sus labios
Un bombom color rosa que saco de su bolsa.
Lo que me llevo a los momentos a solas, donde,
Era mi pene el que introducía en su boca.

Le pedí tiernamente y como un favor por piedad
Que no propiciara algo, que no iba a terminar.
Que tuviera presente que en aquel lugar
Yo solo podía entrar en deseo e imaginar.

Pero en vez de entenderme y sin vacilar.
Sin cohibirse, coloco su cabeza en mis piernas.
Con toda su dulzura y frescura de diosa
Con sus labios y su lengua me lo empezó a besar.

Al verme excitado y a punto de estallar
Bajo mi cremallera y entre la hendidura y mi ropa interior
Introdujo mi miembro deliciosamente en su boca
que con tibios aires suavemente me hacian gritar.

No paro de apretarlo, de besarlo y de lamerlo,
No se canso de tenerlo, de chuparlo y succionarlo.

Fue un viajecito de gloria en un bus intermedio,
Y se volvió por merito el mejor trayecto.
Mientras que el tiempo nos acercaba a nuestra parada,
Me dio mi mujer el mejor sexo oral, la mejor mamada.

Nos dimos cuenta de repente que habíamos llegado
Y adsorbidos nos repusimos en seguida para la bajada.
Dispuestos a terminar en nuestra cama,
Con ese fuego interior que brotaba en las miradas.

Abandonamos aquel bus entre la lujuria y el amor,
Entre sonrisas y sin sombra alguna de pudor.

No sin antes percatarnos de la cómplice mirada
De una joven mujer que extrañamente observaba
Y curiosamente sonreía mientras que a su pareja le contaba,
De lo que a través de un vidrio vio mientras viajaba.

Te amo con la vida

SJ

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que experiencia tan agradable.
Las mamadas en público hacen que mi piel se erice, volver a esos momentos de tanta locura.