sábado, 31 de octubre de 2009

Depredador




Tu olor en mis manos, tu sabor en mi lengua y motivos para no querer levantarme de tu cama y seguir explorando tus profundidades; eres mi lugar favorito. El cansancio nos dominaba y el dolor era insoportable, tú desnuda, postrada, llena de curvas y orificios; yo deseoso de ti. Empecé a bañar tu cuerpo con aceites y frotar mis manos recorriéndote delicada y finamente, excitándome cada vez que iba y venía por tu piel. Tus pies se incrustaron en mi boca y saboree la exquisitez que podían brindarme; mientras tanto veía tus flujos salir de tu vagina y no repare en volcarme sobre ellos y beberlos como el elixir de vida que entrega días a mi existencia. Tus senos duros proporcionaban el escenario perfecto para aferrar mis manos a ellos y envestirte dejando el alma en cada penetración como agradecimiento y culto al cuerpo que llena mi vida y mis deseos de infinita ilusión.


Te amo

SJ

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